viernes, 17 de noviembre de 2023

Herencias

 


Hay un espacio diminuto 

entre el ser y el no ser. 

Un espacio colmado de medias tintas

y de grises secos y agrietados. 

Ahí es donde van a parar

las personas convertidas en enseres.

Fraguados con el clamor de mil despidos

y enfriados con mil posos de recuerdos. 


Uno olvida en el entremedio 

como se nadaba hacia la superficie.

Uno solo sabe, por instinto,

bucear hacia ningún lugar. 


Es una sorpresa para mi 

entender que son mis lágrimas 

las que me obligan a aprender a nadar.

Que son ellas las que llenan estos márgenes

y las que me dejan en el fondo de este pozo.

Hace tiempo que no camino,

que no respiro bocanadas de aire,

que mi piel no está seca y cálida. 

Mis órganos flotan en un sin fin de verborrea insípida.


Mi condena es estar sola 

y que no sea suficiente:

Querer estarlo más, 

porque los que no están aquí siguen, 

doliendo. 




lunes, 13 de marzo de 2023

 

Cerrada
Hermética

Viva
rellena de dinamita

Bailo, 
se me agitan
con el napalm las arritmias


domingo, 18 de diciembre de 2022

 

    Sobreviviremos. 

Conocemos bien la tristeza.
Hemos buceado sus turbias aguas hasta trazar mapas tiempo atrás.
No somos nuevas en esto.

Tampoco nos dejaron olvidar. 

miércoles, 22 de julio de 2020

Tiempo de afonía




Hay mucho ruido en mi cabeza.
Voces que se apelotonan y se separan con rapidez.
No dejan de moverse,
las pierdo y las reencuentro en cuestión de segundos.
Intermitentes, dinámicas, suaves y estruendosas.

De entre todas ellas hay una
débil, cansada, abatida.
Que ya no se cree con fuerzas para ser escuchada por encima del resto.
Y ahí queda, como luz latente y titubeante,
aguardando encontrar el momento
para apagarse o arder.

Es tiempo de afonía

lunes, 20 de noviembre de 2017

El mapa del hastío

Wallpaper encontrado en Pinterest


Tengo el mapa del hastío tatuado en mi espalda.


Me siento cada vez más alejada de todo lo tangible.


De la gente, de los sitios, de mi propio cuerpo.


Los días pasan movidos por una triste melodía,


nana de mis sueños, nana de las pesadillas, 


a las que me entrego entre sus ritmos y cadencias.


¿Dónde ha quedado mi reflejo?

¿Por qué ya no lo recuerdo?

¿Siempre fue tan fría la existencia?

¿Se estará extinguiendo mi astro interior?


Por eso los planetas ya no me orbitan. 

Por eso floto a la deriva

sin fuerza ni amor por el vacío que me rodea.



Wallpaper encontrado en Pinterest



jueves, 3 de agosto de 2017

La mirada del rebaño

Las historias cuentan que una amenaza se cernía sobre las ciudades de España con una inusitada ferocidad. Las paredes de los edificios más emblemáticos amanecían tintadas de un carmín tan brillante que los humanos podían ver el reflejo de sus rostros de estupefacción convirtiéndose en gritos ahogados al comprender lo que estaban mirando. Las mentes más inquietas elucubraban sobre lo que sucedía bajo el manto nocturno: masacres, ríos y ríos de sangre, el Apocalipsis. No podía ser otra cosa. "Dios había enviado a sus siervos para recordarnos que la ciencia no nos convertía en dioses" decían unos. "¡Los verdaderos dirigentes capitalistas de la sociedad están actuando contra la sobrepoblación y el paro!" decían otros. "¡ETA ha vuelto!", "¡Son los yihadistas!", "Obviamente han debido ser seres extraterrestres con una inteligencia y una potencia de ataque superior a la nuestra". Habían quienes incluso, ante la ausencia de cadáveres, hablaba de obras de arte que marcarían e principio de nuestro siglo. Nada más lejos de la realidad...

Insistentemente trataban de poner cara y nombre al enemigo que los acechaba, como si eso les diera cierta seguridad. Ignoraban la ardua tarea que ocupaban: comprender un mundo que escapaba de su realidad.


jueves, 2 de febrero de 2017

Esse





- No espero que lo entiendas, tú eres un actor. Cambias de juguete tanto como de calzones... o eso espero. - dijo mientras miraba hacia su cintura.
- ¿Por qué te afecta tanto?
- No lo sé... - su mirada se perdió en la espesura de un fondo emborronado - Supongo que me enamoré de mi Yo más idílico, y dejarlo marchar sin conocer las respuestas que han bullido en su mente durante este tiempo no es dejarlo marchar, es otra cosa. 
- ¿No será eso a caso un pretexto para seguir pensándolo, para seguir aferrándote a él de algún modo?
Ella negó con la cabeza.
- No. Ella está fuera. Extirpada, gris y marchita. Ya nadie le dará vida. Nadie describirá su sonrisa, sus recuerdos y sus miedos. Sólo existirá su sombra en mi pensamiento, cuando me pregunte por aquellas cuestiones que Dios se niega en rotundo a responderme.
- Pero podrás dar vida a otros. Y otros podrán darte vida a ti tanto como te dio ella.
- No lo has entendido... su sombra, señor Krammer. Su sombra lo cubre todo. Aunque sea otra, con otro rostro y otros intereses, será imposible esquivar su carencia cuando sus seres queridos aparezcan y no me miren con los mismos ojos al ser otra a la que vean. Cuando teniéndoles delante, no pueda ir a preguntarles qué fue o qué pasó o por qué. ¿Entiendes ahora? Acepto de buen grado dejarla ir, pero si no cierro completamente la puerta, si ésta queda entreabierta por algún atisbo de duda insana, ella seguirá ahí, en letargo, hasta que algún día su padre aparezca delante de cualquier nueva encarnación y la haga despertar. Esse est percipi, señor Krammer.