Cambia esa cara de pámpano, lo peor que podría pasar es que pillara un resfriado.
Nunca se me han dado bien estas cosas. Mirar a los ojos y hablar de mis sentimientos. Siempre les he temido, siempre he desconfiado de ellos. Nunca pensé que llegaría este momento, pero aquí estamos. Tú y yo, como dos gilipollas bajo la lluvia... ¿No me vas a pedir que pase?
No hay comentarios:
Publicar un comentario