Te inventé para que siempre estuvieras ahí. Te inventé para no necesitar medias naranjas, para completar todos mis gajos. Para poderte imaginar susurrándome en las incógnitas, tendiéndome la mano en los tropiezos y abrazándome en las tristezas.
Te inventé para ser la persona perfecta que nadie puede ser para mí, que no puedo ser sin ti. Para enseñarme lo que nadie me enseñó y para extrañarte como a nadie más extrañé.
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