He descubierto que me gusta escapar. Me hace sentir libre. Me gusta huir, me gusta correr tan rápido como mis piernas me lo permitan, me gusta que las zancadas sean largas y ligeras como plumas, que mis pies a penas rocen el suelo, que el viento frío me azote la cara y mantenga mi pelo detrás. Me gusta sentir el helor en mi pecho, me gusta tragarlo, que me seque por dentro, expulsar vaho, que me seque los ojos y que éstos me lloren. Que no me alcance nadie, tremolar de excitación, morir en el intento. Que sea tan puro que hasta corte el alma y duela.
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