[¿¿]
Estarán los poetas acostumbrados a desaparecer,
estarán acostumbrados a escribir con ímpetu,
a dejar a un lado las prioridades,
a abandonarse a la expresión desbocada...
[??]
Y más tarde, el silencio mutuo
entre la mente y el corazón abierto.
Sin pasión y sin vitalidad
para poder volver a lo cotidiano,
a retomar las prioridades banales
de un mundo despojado de humanidad,
pero incrustado en lamentos.
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