miércoles, 22 de septiembre de 2010

Ahora que me voy adentrando en este viaje hacia la filosofía, ahora, empiezo a dudar.
Sólo he andado cinco pasos y todavía no he tenido traspies. ¿Es esto de verdad lo que quiero? Dudar no es de necios, no. Dudar es de sabios. Es propio de aquellos que aseguran sus andares, su dirección, su veracidad. Quizás sólo elegí esta senda por que era la menos complicada, por que se me daba bien, por que no necesitaba estudiar a fondo.

No sé si estoy preparada para impregnarme de tantos filósofos ni de tantas ideas.
De hecho, ni siquiera sé qué me espera.

No hay comentarios: