jueves, 24 de diciembre de 2015

J





Y de nuevo me encuentro frente a una pantalla intentando recuperar lo que se pierde con el tiempo. Jugamos sin límites de ningún tipo. La única norma es resultarnos interesantes y sabemos que eso tiene una caducidad muy próxima. Nos descubrimos y nos decepcionamos en nuestros momentos más o menos lúcidos. Siempre hay mierda debajo de una manicura francesa. No estamos aquí para limpiarla o aguantarla. O eso parece.

Sonrío y  me dices que pinte mis labios para hacerlos más apetecibles en tu mente. Yo te miro y sé que lo único que quiero se coló por el desagüe y a medida que pasa el tiempo me doy más cuenta de que es irrecuperable. Soy una obsesa, perseverante de las causas perdidas, una ex-dramática, una ex-melancólica, una ex-amiga.

Podría hacer una montaña de todo esto - posiblemente lo hubiera hecho en otro tiempo, cuando no habían tantos ''ex-'' en mi currículo - pero ahora la superficie es plana y la camino pasiva, como si cada surco que me encontrara fuera un regalo que no estaría ahí de no ser por ti. Y eso es mejor que nada, que la pasividad de mi mundo. Vete cuando quieras, fuma lo que quieras, pide lo que quieras. Posiblemente esto dure menos de lo que esperábamos.

Tú dices que te hago falta. Yo sé que no puedo ser yo misma en todos mis aspectos cuando estoy contigo. No sé a qué estamos jugando, pero parece que por el desagüe todavía se cuelan más posibilidades. Quizás se entapone con la porquería que hay debajo de nuestras uñas y acabemos ahogados en una bañera de agua fría y sucia. La gente nos mirará y pensará que eramos amantes o algo así. Nosotros sabremos que somos una eterna inconexión.


martes, 10 de noviembre de 2015

Dime que mi existencia es imperdonable.

Ilustración de Marcello Castellani

No puedo con el vértigo de estar contigo.
Hay algo en tu compañía que me calma y me altera.
Y así vivo con la esperanza de resquebrajarme poco a poco
hasta que finalmente me rompa en mil pedazos y caiga
desmoronada, vacía, sin razón ni sentimiento.

Hay algo en mi forma de mirarte que me espanta,
se endulza mi pupila cuando es tu imagen quien la penetra.
Y se quedaría juntando instantes hasta formar horas,
alimentándose de algo que no le corresponde.

Mi piel espera tu roce,
espera el momento exacto
para estremecerse con la yema de tus dedos,
espera el momento exacto
en el que tus cabellos barran la arena en mi barriga.

No me digas que sepo a sal,
dime que no dejas de extrañarme.
No me digas que lo pasamos bien,
dime que mi existencia es imperdonable. 




martes, 21 de julio de 2015

M

Y un día te despiertas y extiendes el brazo derecho por todo el sobrante del colchón, buscando a tientas algo que definirías como alguien. Lo buscas incesante pero a intermitentes y lentos movimientos. Y al no encontrarlo decides luchar contra esa luz que deja pasar la penumbra, entornas los ojos, como si subieras a la mitad de altura las persianas, y ahí está.

Es un desconocido al que decidiste llamar Mario porque lo conociste frente al mar una noche de naufragios.

Ilustración de Michelle del Campo.

lunes, 20 de julio de 2015

Oteo



     Ojala pudiera aprovechar el ímpetu que nace al descubrir aquellas obras que agitan el alma. El empuje de la novedad, la motivación del descubrimiento. Ese fervor de no poder esperar que te obliga a otear por encima, rápido, de pasada, aquellas hojas de un libro que no merece ser violado por la curiosidad del que desespera.

martes, 7 de julio de 2015

Afra Stein



Ilustración de Clint Cearley



     ¿Podremos algún día dejar de buscar sentirnos especiales?
     Me obsesiona la pérdida de lo irrecuperable. Por eso lo apunto todo: apreso las respuestas curiosas en libretas, releo las conversaciones que dejan buen sabor de boca y repaso mentalmente los buenos momentos.
     Extraño a las amistades que me hacían sentir especial. Ahora ese papel lo cumple Afra, Afra me hace única y la amo por ello. Sin embargo sé que un día morirá, caerá en ese olvido irrecuperable, dejando sólo recuerdos intensos y alguna que otra tumba a la que dirigirme con una vaga y triste mirada. 
     Su ausencia será también hambre, ese rugir de estómago que se extiende a todo el cuerpo en forma de vibración física, fisiológica, poética, emocional.
     No disfruto las cosas sanamente. Las llevo al límite y lo traspaso. Creo que  últimamente paso más tiempo sintiendo como Afra que como María. No me importa, pero sé que mañana dolerá la despedida de ese amor propio desdoblado.

sábado, 4 de julio de 2015

J

Ilustrador desconocido.


Ella es una inusitada sombra que lo cubre todo.
Detesto el dorado de su pelo,
porque la veo en todos tus amaneceres.
Detesto la frescura de su juventud
y las risas desinteresadas que te cose.

Sin reservas lo da todo,
sin riesgos, sin marcas,
sin escamas que se apostillen.
Ella es otra, ¿otra más?.

No sé qué me cabe esperar.
Aquí, ahora...
los hechos se saben diferentes.
Lo que al principio emana melancolía
me brinda un regusto a amargor
que se me repite en la garganta hasta colarse
en lo más profundo de mi bajo vientre.

Se me agrían los ojos al pensarte,
al recordarte en medio de esta soledad
que me acongoja el alma y me repiquetea impasiva.
Se me parte el cuerpo y la esencia en dos
y de inmediato me sobreviene esa pregunta,
¿Habría sido diferente si no me hubiera marchado?
¿Sería diferente si no te hubiera dejado marchar?

domingo, 14 de junio de 2015

Filosofía barata 6 Y 4


     Tengo la garganta hecha polvo. Anoche aposté mal al pedir un helado de chocolate sin pepitas en la cena. Eso no me impide abrirme una cerveza fría a media tarde para bajar las palomitas que acompañaban una peli. Es lo que tiene la cerveza, sabe a mierda, pero le gusta a casi todo el mundo y la suelen alabar. Pasa lo mismo con mucha gente que se cree artista. Tienen muchos adeptos, pero sus cuadros, platos, diseños, novelas, películas o filosofías saben a mierda.

Si la cerveza tuviera personalidad se lo tendría muy creído.
Voy a por otra.

 VMS


     No queremos beber para olvidar, queremos beber para autodestruirnos. Nos da igual lo que nos pase, sólo queremos sentir que esto no es real. Y si lloramos, que sea alcohol, ¿Qué más da? Aveces perdemos el todo y bebiendo el nada. Ya que estamos castigados, que se note. Influenciados por la imagen televisiva del tipo que ahoga sus penas bebiendo cada noche en un bar.
Pero no le echemos las culpas a la tele.

 VMS

lunes, 8 de junio de 2015

Ven



Ilustración de DanLuVisiArt


Ven un rato.
Y vuélvete a ir, si quieres,
sabiendo que lo que dura para siempre
acaba haciendo daño,
y que lo que dura un segundo
es imperceptible.

martes, 19 de mayo de 2015

...

- Yo era inteligente, o eso me decían...
- ¿Y por qué dejaste de serlo?
- No lo sé... quizás dejé de creer en los libros y por lo tanto dejé de leer.
- Humanistas...
- ¿Tienes alguna idea mejor?
- Quizás la gente pensaba que eras inteligente por que tú te creías inteligente.
-…
- La cuestión es por qué dejaste de creerlo.

Tiempo inabarcable


No.
Ya no se puede retomar nada.
Ha pasado demasiado tiempo, un tiempo inabarcable.
 Ya no nos une nada, ya no hay nada que alimentar.
Sólo un cuerpo muerto de hambre
y quizás el arrepentimiento de ser sus asesinas.

lunes, 18 de mayo de 2015

Defenéstrese ante mí.

Imagen encontrada aquí.


     Estaban en la acera de la calle de un bar. La puerta estaba abarrotada de gente y buscaron algo de distancia para hablar de cualquier cosa. Como de costumbre, él tenía mil incógnitas en su cabeza y ella parecía una chica de lo más orientada.
     - Si tuvieras que presentarte ante el mundo, ¿qué dirías?
     - ¿Cómo?
   - Sí... qué contendría tu currículo personal, no profesional, ya me entiendes...  
     - Pues...
     - Venga, yo soy el mundo. ¡Véndete!
     - jaja Hola, Mundo. Mi nombre es María y he acabado de estudiar filosofía hace poco. La mayoría de la gente ya encuentra en ese dato algo interesante, ¿sabes? Mi vida está guiada ahora mismo por el máster y las oposiciones. Alguna vez en la vida quise ser una profesora ejemplar. Ahora me conformo con ser.
    - No, mujer.. he dicho nada curricular. Vamos, seguro que puedes hacerlo mejor...


     Me llaman de mil formas y lo que estudio no importa. Me paso media vida huyendo de lo que no me gusta y la otra media deseando huir. En ocasiones me quedo, no sé por qué. Quizás me guste lo estático entre tanto exilio, hay algo de color en el dolor que te produce lo que se quiere.
     Como ves, soy de ese tipo de personas que aman y odian las complicaciones a partes iguales. Defenestrarme es una habilidad o vicio recurrente del que intento desprenderme. Pero no es fácil precisamente porque me resulta fácil hacerlo. - sonrío - Como el color en el dolor.

Políglota

Imagen encontrada aquí.

     Si hubiera sucumbido a la idea de irme al extranjero cada vez que he querido cambiar de vida ahora sería una políglota de cuidado. Con mil amigos y ninguno, con mil amantes y ninguno, con mil familias y ninguna.
     Sabría decir te quiero en algo más que en clave de amor. Sabría reir en italiano y entristecerme en germánico. Mi piel recordaría el calor de mis Españas y lo compararía con la magia que  la eriza en Edimburgo.
     Prostituir mi patria es lo mejor que podría pasarme en la vida ahora mismo.

Past lovers


Te quiero.
Te quiero de la forma en la que se quieren los tiempos inconexos,
te quiero anacrónico,
te quiero lento.

Te quiero.
Te quiero de la forma en la que se quieren los hilos olvidados,
Esos que cuando vibran desacompasados
se les da el espacio y el silencio.
Esos que, amigo mio, no se detienen del todo.

Te quise.
Te quise de la forma en la que se quiere lo que nace puro,
de la forma en la que duele lo que se corrompe
y de la forma en la que se destruye lo iluso:
te quise lejos, invisible, casi muerto.


domingo, 17 de mayo de 2015

La gente a la que amo



Ilustración de Ou-Yang Guo-De

     La gente a la que amo me ha dado todo y me ha quitado mucho. Desde el principio de los tiempos hasta el ahora sabría señalar a la perfección donde añadieron y donde arrancaron.  El amor no duele, no me dueles tú ni me duelen ellos. El amor es puro y desinteresado, el amor es libre.

- ¿Es esa la esquina dónde tantos besos malgastaste?

     Así abrimos la conversación. Él estaba siempre en el lado opuesto y en ocasiones el mundo se le venía abajo y se formaban corolarios en su mirada. Éstos duraban a penas tres microsegundos. Le pegaba un trago a la copa y hacía lo posible por volver a meterse en la atmósfera de júbilo delirante.

- Yo no te prometo el cielo, pero besaré tus heridas si tú besas las mías.

     El interés mueve el mundo. Tenía tantas heridas que besar que me quedé con él para siempre. No fue el amor de mi vida, porque el amor es puro, desinteresado y libre, pero es gente a la que amo.

sábado, 16 de mayo de 2015

Amor minimalista



Se siente lejos,
tan lejos
que ando en la dirección contraria a la que tú estás.
Por que el camino es más corto,
y más frío,
pero más corto.

Nosotros ya no hacemos poesía.
Hemos convertido el sexo en batalla
y la vida en un socarrón esperpento.

miércoles, 6 de mayo de 2015


Habrá quienes pensarán que me despedí de ti vacía.

Nada más lejos...
estaba a rebosar de confusiones y lamentos.

Assimilate


Me das amor del bueno y me dices que me marche. 
Soy una dosis más de todo lo que consumes. 
El cigarrillo de hoy, la canción de la semana, la pasta del medio día... 
Yo estoy comprendida entre las comillas del ''lo que surja''. Lo que surge soy yo en busca de aquello que perdimos. También yo debo dejar ir a la historia, perderla, consumirla.



Desprendimiento mental.


     La respiración se acelera tanto que por un momento debes incorporarte. No es un parto, pero sí hay algo que se abre de dentro hacia afuera. Te ahoga, te caldea el cuerpo, necesitas aire.
     En este momento que todo tenga sentido carece de importancia. Tus ojos se pierden en la lejanía intentando encontrar el punto de apoyo que has perdido en algún lugar del camino. Sin embargo, tú sólo encuentras un punto de fuga que te lleva a un estado más vertiginoso. Los ojos se secan, tu garganta viaja hasta el estómago, tu cuerpo intenta moverse lo menos posible.
     Has perdido el control. Mírame, lo he perdido.
    No entras en pánico, tu caos es interior, un desprendimiento mental. Quizás por eso tu cuerpo esté tan quieto.
   
     Vale - asimilación.
     Vale - segundo intento.
     Vale - esta es la buena.

     Intentas controlarte y te das cuenta: debo romperme tal y como tú lo hiciste.
     Debo romperme. 


Ilustradora Paula Bonet.

domingo, 3 de mayo de 2015

Despegar


Despegar:
separarme del suelo, separarme de ti.
Dejarte libre, más aún.
Marcharme
sin esperar que vuelvas
ni en el fondo
ni en la superficie.

 

domingo, 26 de abril de 2015

The lonely people need a home.

I want to be lost in your sheets,
I don’t know if it's forever, but its good for tonight.
Im not a whore, you know me very well.
I don’t tell you that i love you
because my freedom gives me security.
But I love you, and I feel fear because
i don’t want to lose your love.
You are my anchor,
I like to lift it when the wheather is cloudy.
I go to the sea or to the hell
it depends on who is my accompanist,
the water current or the wind.

I need it to keep me calm,
for found my authentic personality.
I wont lose myself like other times.
But I want to be lost in your sheets.
I don't know if it's forever, but its good for tonight.

I want to touch your face with my fingertips,
We seem like two pieces of a estrange puzzle
when we spoon.
Because I’m on my way, and you are on yours,
but when we are together, we are one.
And that's good for tonight.
I need to feel that I'm part of anything,
of anyone,
of you.

Because lonely people need a home too.



sábado, 11 de abril de 2015

Catastrófica desdicha.


Ilustración de Kelley McMorris

       Cuando algo no me gusta tengo ganas de perderlo de vista perdiéndome en otro universo. Pero cuando algo no sólo no me gusta, sino que además me duele, ningún universo me vale, pues el dolor me acompaña donde quiera que busque perderme, por lejos que sea. No quiero saber nada de los mundos que habito. Es entonces cuando tengo ganas de ser otro, de morir, de no volver nunca.
      Se me agotan los universos terrenales.
      Soy de ninguna parte.

Sören




      Te inventé para que siempre estuvieras ahí. Te inventé para no necesitar medias naranjas, para completar todos mis gajos. Para poderte imaginar susurrándome en las incógnitas, tendiéndome la mano en los tropiezos y abrazándome en las tristezas. 
      Te inventé para ser la persona perfecta que nadie puede ser para mí, que no puedo ser sin ti. Para enseñarme lo que nadie me enseñó y para extrañarte como a nadie más extrañé.
      ¿Cómo se puede amar tanto a alguien que sólo existe en la imaginación? Amar tanto y más, hasta el punto de querer sacrificar una vida real a cambio de una idea que te autentifique. Estimado mío, mi paraíso, mi cadencia.



jueves, 2 de abril de 2015

The Grinch

 
     Noto como me transformo en ese monstruo. Poco a poco lo que hay de humana en mí empieza a agotarse. Me entristezco, me hago un ovillo y me trago. Esa bola desciende hacia mi estómago y se engancha a mi corazón. Lo desangra hasta secarlo y encoje varias tallas.

- Leave me now. I want be alone.

     Los monstruos crecen en la soledad de cualquier lugar. Se abonan con tristezas y se riegan con sus lágrimas. Es agotador perder la humanidad, se desvanece como la vida, expirando el último aliento. Aunque te sabe como cualquiera de los anteriores: lento, húmedo, pesado, profundo. Es como si con cada suspiro lacrimógeno el monstruo se asegurara de que todo lo que había dentro de ti queda fuera. Y en algún punto de toda esa parafernalia te mueres.

     Tu gesto se arruga, sospecho que por la deshidratación. En tu interior ya no hay un corazón que bombee, pero sientes que en tu pecho cada vez hay más calor. Te has adaptado al frío de las tinieblas, ya sólo queda dejarte llevar por sus voces para ser un neonato ejemplar. Te corroe el dolor, se te clavan las imágenes, te envenenan las ideas. 

     Es curioso. Aquellos para los que la felicidad no suele tocar a su puerta, se sienten más vivos como monstruos que como humanos.

     Estoy cansada de ser un monstruo verde.
     Estoy cansada de envidiar a los Who.




miércoles, 1 de abril de 2015

Bié-Bié


Quiero irme de aquí, again.
Despellejarme,
terminar de herirme gravemente.
Abrirme paso entre mi piel, 
respirar siendo otra,
siendo una cualquiera,
una cualquiera menos yo.


Ilustración de James Jean

lunes, 9 de marzo de 2015

Equilibrium


Ilustrador desconocido.
Para que hayan personas amables de buen corazón, deben haber personas rencorosas que odien con rabia.

De nada.

jueves, 5 de marzo de 2015

Mute

Autoría desconocida

¿Acompañan siempre las palabras a los pensamientos más sentidos?
Pasaron ese filtro filarmónico que atraviesa todo lo que se exterioriza. No sabes muy bien cómo, pero nunca refleja con exactitud lo que arde dentro. El alma tiene un lenguaje obtuso que cuesta transcribir en declaraciones. ¿Sería más fácil traducirlo a colores emborronados? ¿Sonidos de un millar de tonos?

Un día abrí la ventana de mi habitación y me sorprendí verbalizando sonrisas en medio de una apoplejía apocalíptica. Minutos después mis manos eran un llanto seco que buscaba algo que abrazar a la desesperada. Verbalizar estragos es sacrificar el alma, guillotinarla. Estamos afiliados a estos eventos de manera incondicional.

Hay quien por todo esto desconfía de las lenguas y utilizan las bocas sólo para besarse y amarse. Amarse sin palabras, sólo con impulsos sentidos. Amarse sin contratos, sin condiciones, amarse sin reservas... durante al menos unas horas. Honrar a un alma herida, darle la vida que necesita antes de volver a hablar. Antes de destruir con miseria lo que se construyó con ese tipo de miradas que transportan agasajos.


miércoles, 4 de marzo de 2015

As aqueous as a drop

Ilustración de FairyLady Photography

 
Se sabe insoportable.
Ordena sus pisadas en un interminable suelo.
Aleja los brazos lo más que puede de su tronco
y sueña volar lejos,
cerrando los ojos,
respirando profundo,
armonizando los cabellos con el viento.

Se sabe insoportable.
Tropieza con las raíces de un ciprés
y cae a besar la tierra. 
Sus labios se saben húmedos
y sus manos tocan ahora río.
Gira su cuerpo sin abrir los ojos,
lo sumerge en la desgana que la acuna.

Se sabe insoportable.
Tan acuosa como gota.




viernes, 27 de febrero de 2015

Ours blues funeral.




     Hoy fui a tu tumba a poner flores. Las he elegido negras y con doble de espinas, tal y como a mí me gusta recordarte. Nunca pensé que llegaría a este punto contigo. Supongo que por eso te tenía en tan alta estima. Ahora me doy cuenta de que te odio tanto como te quise. Ahora eres un número más en esa lista repleta de personas que fueron tan amadas, que perderlas sólo podía suponer el odio más intenso antes que la indiferencia más insípida.
     Quizás algún día te traiga, para que veas dónde te he enterrado. Da igual las veces que intente explicártelo, siempre encontrarás la forma de sacar la cabeza para respirar. Pero este es tu sitio, lo sé. Me duele tanto dejarte aquí, enterrar contigo esa parte de mi historia... No tengo nada bueno que decirte ahora. Te amo por tradición y te odio por venganza. Mi forma de destierro es el entierro metafórico, no hay otro modo.
     Volveré a visitarte. Escribiré sobre ti. Te diré lo mucho que te odio y lo mucho que te extraño. Te hablaré de cuanto deseo que seas pura indiferencia.

Ilustración Paula Bonet

martes, 24 de febrero de 2015

Tiny.


Ilustración de Gabriel Pacheco.

     Quiero flotar por mi propio peso, no por recostarme sobre tu pecho. Quiero escalar por mi propia fuerza, no por los embistes de tu lengua. Y sobre todo, quiero reír por la ironía de mi vida, no por la comisura de tus labios.

     Pero si no puedo tener nada de eso por mí misma, entonces, quiero estar sola, que me consuma la conciencia. Ser mi mejor amiga, quien me meza por las noches. He encontrado una nueva forma de huir de los esfuerzos, de sobrellevar mis pecados y desembarazarme de las cosas. 

lunes, 23 de febrero de 2015

Noches de lo más insípidas.

 
Ilustración de Nanami Cowdroy

     Llegué destruida, como quien se difumina de tal forma que se convierte en un espectro. Sin poder conciliar el sueño pensé que mi pesimismo había vuelto.

- ¿Me echaste de menos? 

     Traquetea la puerta sólo por educación. Sabe que todo en mi está abierto para él: desde la mente hasta la piernas. Y me folla de tal forma que me deja sin aliento para sollozar siquiera, pero las lágrimas caen silenciosas y mis pensamientos no paran de borbotear en un líquido ponzoñoso de extraña consistencia.

- No, pero estás aquí, así que toma asiento.

     No nos miramos. Él pulula por mi alrededor curioseando y toqueteando todo. Esparce sus esporas allá por donde camina, huele o siente. No envejece, no descansa, y por irónico que parezca, no deja de sonreír. Es esa sonrisa irónica y burlona que te apaga conforme ella se va mostrando más apoteósica.

martes, 17 de febrero de 2015

lunes, 9 de febrero de 2015

Thingy



Había bebido.

Siempre estuve orgullosa de nosotros,
no te imaginas cuánto.
Cuando hablaba de ti
se me llenaba la boca de pétalos
y mi pecho se inflaba igual que se inflan los balones:
hasta rozar el límite.

Te acompañé a la puerta y me invadió el sentimentalismo.

Comenzamos siendo dos desconocidos
cuya amistad nació de la insistencia de lo absurdo.
Me gustaría decir que nunca olvidaré esos años,
pero lo cierto es que me da igual.
El telón cae.
Los pétalos escasean.
Y yo te quiero
como la primera vez,
pero cuando mi pecho se infla,
revienta.

Temí que la distancia resintiera quienes habíamos sido.

Creo que en el fondo todo apuntaba a lo mismo.
Quizás esperé demasiado de ti,
o terminé alimentándome de un recuerdo, de una idea.
Seguro que en otro tiempo habrías actuado diferente.

Tú te hiciste el loco, como si no hubiera motivos para pensar eso.

Sea como fuere me equivoqué,
lejos de conservar una amistad
insistí en conservar una tradición.
Ya no importaba quiénes decían nuestros actos que eramos,
tanto como la memoria de quiénes habíamos sido.

Pero al final tuve razón.

Y eso está bien en tiempos de bonanza,
pero me resulta insostenible cuando de verdad te necesito.



Ilustración de Noemí Villamuza.


jueves, 5 de febrero de 2015

Camino a la desesperanza

Ilustración de Paula Bonet.


Nada puede acongojar más que el que me trates normal.

En cada acto y en cada palabra
busco la señal que me lleve hasta la chispa,
y con cada acto y cada palabra 
sufro ese roce que es hielo.

Roce tras roce camino hacia la aspereza de la normalidad.

Ya me conozco esta historia.
Me costará asumir la desesperanza,
por que tú no eres normal para mi
y me da miedo vivir fingiendo lo contrario.



miércoles, 4 de febrero de 2015

(...) Ilustrémonos.


Ilustración de Joe Lillington.

   Fueron tantos los días, que no podría ordenar los acontecimientos cronológicamente. En ocasiones me sorprendo atando en el tiempo algún recuerdo furtivo que aparece de improvisto, y pienso, con un ánimo a camino entre la sorpresa y la tristeza: Joder, ¿tanto hace desde entonces?

     La imagen que tengo de nuestra vida juntos la ilustro inevitablemente a través de un mar solitario, cálido y húmedo, ni demasiado manso ni demasiado agitado. Inmediatamente me viene a la mente una manta llena de montañas lisas producidas por los cuerpos de una pareja de adormecidos amantes. Son imágenes sujetas a un tiempo infinito. Es un mar que nunca será interrumpido, son dos amantes que nunca serán despertados. ¿Qué diferencia hay entre un mar dubitativo y la lectura de los movimientos somnolientos de una pareja a través de una manta? Ahí están, nuestros recuerdos, nuestros momentos. Son cada uno de esos movimientos, cada una de esas olas. Todos concretos, conscientes, pero revueltos en una densidad casi indistinguible (no por ello más homogenea) que no entiende de tiempos ni fechas. ¿Qué pasó en 2012? ¿Fue mejor que 2013? Esas no son nuestras categorías. Conocemos el espacio, porque variaba a nuestro alrededor, pero el tiempo era uno y era todo nuestro, constante, y por ello insignificante. Ni siquiera llegamos a celebrar ningún aniversario.
     Es ahora cuando empieza de nuevo a moverse un segundómetro que ha permanecido cinco años inútil por el placer del Dolce far niente.

domingo, 1 de febrero de 2015

(...) "Él no era para ti"


      Eso dice el tópico de las rupturas por antonomasia: Él no era para mi. Como si existiera algún destino o algún hilo rojo de origen oriental que tendiera a marcar de forma invisible a nuestra media naranja. Menuda gilipollez.
      Él fue para mi. Lo fue más que cualquier persona que haya conocido en mis 24 años de vida. Lo fue de forma perfecta y de forma valiente. Él fue para mi y la despedida no cambiará eso. Existe un ella, llena de gordura y esperanza que fue suya. Y existe un él lleno de paciencia e ilusión que fue de ella. ¿Cómo no iban a ser el uno para el otro si fueron el motivo de su felicidad durante tantos años? Nos enriquecimos, crecimos juntos y seguirá siendo para mi la parte que me dejó. Seguirá siendo mía y de nadie más. Ningún tópico podrá hablar de ella. Nadie podrá destruirla, ni hacerla crecer o menguar.
       Las cosas pasan. Pero es estúpido pensar que alguien no sea para ti por que ya no está contigo. ¿Qué quiere decir eso exactamente? ¿Que somos incompatibles? ¿Que sólo podemos ser por y para una única persona? ¿Que sólo podemos ser para alguien de una forma y ya está? ¡Qué grande el narcisismo del ser humano! Él fue para mi, para esa mi de 19 a 24 años, de ese él de 18 a 22.

domingo, 25 de enero de 2015

Between the Devil and the deep blue sea.



      Entre la espada y una pared que se aproxima, que apremia la decisión. Sabedora del acorralamiento sólo queda un camino de dolor sin retroceso. Me pregunto si la alternativa habría sido más agradable. Siempre hay ''y si's'' en mi cabeza. Son los grilletes anclados al suelo que aprisionan mis brazos. Son los que hacen que la pared me aplaste y que la espada se clave finalmente. Y me pregunto si alguna de las alternativas habría sido más agradable.

sábado, 24 de enero de 2015

¿Estarán los poetas acostumbrados a desaparecer?






[¿¿]
Estarán los poetas acostumbrados a desaparecer,
estarán acostumbrados a escribir con ímpetu,
a dejar a un lado las prioridades,
a abandonarse a la expresión desbocada...
[??]

Y más tarde, el silencio mutuo
entre la mente y el corazón abierto.
Sin pasión y sin vitalidad
para poder volver a lo cotidiano,
a retomar las prioridades banales
de un mundo despojado de humanidad,
pero incrustado en lamentos.



(...) Desértica y vacua.



Siempre fui de hacer las cosas en compañía
huyendo así de la soledad.
No sé en qué momento vacié mi vida
de mí misma.
Ahora viajar conmigo a solas
es perderse en un desierto.


(...) Si de algo tachara a la ciudad que nos cobija es de traicionera.




Tengo miedo de salir por si te veo
asomando por una de las tantas avenidas.
Tengo miedo de que duela tu cabello,
de que nos miremos como hace tiempo hacía.
De ser consciente en ese instante perenne
de la cruda realidad que nos altera.
Que somos dos desconocidos que se hieren,
que somos dos conocidos que se anhelan.


viernes, 23 de enero de 2015

(...) Siempre he sido yo y mi única mirilla


Permíteme convertir en poesía
el amor que me profesas.
Se que cuando de composición se trata
tu eres más de notas que de letras.
Somos vagabundos que buscamos - y más ahora -
resguardo liviano en las expresiones de otra gente:
en las tristes melodías que repiten tocadiscos,
en las eternas despedidas que desdibujan carboncillos,
en las heridas que se esconden tras la dulce analogía.
Da igual el género, no importa a quien va dirigida,
hay un sentido universal que la hace tuya y la hace mía.

Hoy quiero que me permitas
- y ojalá pudiera hacerlo para el resto de tu vida -
que convierta tus sentimientos en poesía.
Quiero que te veas reflejado en estos versos
no como un intruso o un anónimo voyeur,
sino como un poeta mudo al que le regalan una voz.

Siempre he sido yo y mi única mirilla,
siempre ha estado llena de egoísmo mi poesía.
Incluso ahora me pregunto hasta que punto
este acto es altruismo y no avaricia.
Quizás lejos de brindarte ese resguardo
quiera mantener fija tu mirada,
que no encuentres en otros lo que buscas
por encontrar en mis poemas lo que ansiabas.




(...)

Y así es como fue.

Yo, que te entregué todas mis carcajadas
para que por fin aprendieras a reír sin compromisos.
Yo, que te entregué todos mis rincones
para que tuvieras un lugar al que acudir.
Yo, que aprendí a tocarte mejor que a mi guitarra.

Yo, que me dejé la piel en tus abrazos.
Yo, que compré un gorro de cocina y fingí ser cocinero
para poder llamarte gorda y limpiarte los restos con mis dedos,
para salar con inquietudes tus días más insípidos,
para adormecer a tu fiera en los días más hostiles.
Yo, que te quise
yo, que te quiero.


Ilustración de Chalermphol Harnchakkham


Yo, que te lancé envistes a través de mis poemas,
Yo, que no pude ser lo que tu quisiste que fuera,
yo que mataría por volver a lo que era.






miércoles, 21 de enero de 2015

(...) Olivas



Déjame llorarte por última vez.
Después de esto, saltaré al vacío.
Ni te imaginas el miedo que me da.

Superarte es doloroso,
más que apartar la vista antes de que vuelvas la esquina
sabiendo que será la última vez.

Tengo en mi cabeza
las canciones que me dejaste en herencia
la última noche del año.
También fue la última noche de nuestras vidas.

Abandonarme a tu recuerdo
ha sido mi modo de no dejar el nido,
de encontrar un hogar reconocido
en medio de esta guerra civil,
donde hay dos bandos que fueron uno
pero aun así deben darse muerte.

Ahora se me amontonan las olivas.
Las odié tanto antes de conocerte...
siempre serás para mi
el único motivo de su existencia.

Ilustración de Eider Agüero


sábado, 17 de enero de 2015

Ya fuimos amigos una vez.

No imagino el día
en el que andando por la calle
deba ahogar gestos de cariño hacia ti.
Cuando por inercia o anhelo
quiera agarrar una mano que no me responde.
Cuando me muera por acariciar
una nuca que no se estremece.
Cuando quiera sin motivo
regalarme un abrazo tuyo
o que tus mejillas besen mis labios.

Ya fuimos amigos una vez
y qué poco nos duró.
Pasamos tres rotondas en mi viejo 205
convencidos de que el silencio amargo
no entumecería también el placer del sexo.
Y así fue.
Pasamos de ser amigos sin más
a ser amigos con derecho a roces,
a ser amigos sin derecho a sentimientos,
y por último, todo a la vez.

¿Qué seremos esta vez?


El horror vacui de la positividad.


      Creo que hay gente que camina y vive a unos centímetro de la superficie de la tierra, donde es imposible que los pies rocen el suelo y que las palabras coincidan con los hechos. Allí, en el mundo de Yupi, todo es hermenéuticamente posible. Tanto es así, que estas personas viven en un trance permanente, donde todo está impregnado de un delicado tono rosa pastel y donde se habla en clave de entusiasmo.
      Si tuviera que describirlas en una sola palabra lo tendría claro: derroche. Derrochan todo lo derrochable: derrochan emoción, derrochan simpatía, derrochan felicidad, derrochan autoestima, derrochan seguridad, derrochan incluso emoticonos de happy-ending. Son el horror vacui de los pensamientos positivos, una radicalización tan extrema que es complicado no verlo como ficción.
      Al principio pensaba que este tipo de personas (no se si humanas o superiores a la especie) debían dormir mucho. Pensaba que sus rutinas debían dejarlos exhaustos. ¿Quién podría estar 24/7 experimentando todo con tal intensidad mental? Ponerme en su pellejo me resulta agotador. ¡Pues no! ¡Para mi fue de lo más alarmante descubrir que madrugaban! Porque sí, porque ''a quien madruga, Dios le ayuda". Nos han jodido...
      Deben de ser ángeles caídos del cielo. Su frenesí no puede tener una explicación mundana. ¿Será producto de esnifar el polvo que sueltan las nubes? ¿Será la gracia de Dios? ¿Será que les falta media ostia en cada mejilla? Seguro que eso les devolvería al suelo que pisamos el resto de los infelices mortales.


      En cualquier caso, siempre me exacerbó su ficción. ¿Envidia? Seguramente. Por mucho que madrugue, no me salen alas en las sandalias.

viernes, 16 de enero de 2015

(...)

Ilustración de Tony Sandoval

      Hoy no salgo de tu cabeza. Jefferson, Hamilton y Madison están celosos. Acaparo toda la atención y no hay derecho. Es como si tuviera una pequeña habitación situada detrás de tus ojos. Tú no puedes verme, pero notas mi presencia constante. ¿Me has convertido en tu miembro fantasma favorito?
      Desde hace un tiempo has bajado el listón. Casi no tienes criterio a la hora de evaluar la calidad de lo que escribes y mucho menos de lo que publicas. Te basta con que sea sobre mi, o sobre ti apreciando mi reflejo. Esta es tu mierda y este tu contenedor verde. No sabes si va de reciclar o de desechar, aunque lo que sí intuyes es que, en el fondo, reciclar es lo que hace que esto te sea un poco menos dramático.
      La basura de esta tarde apesta a hoy es el día que más me retienes desde que comenzó el periodo de ausencias. Esperas que haya una vida después de todo. Pero sobre todo, esperas conseguir llegar al ''después'', esperas poder cruzar el extenso ''todo''.

jueves, 15 de enero de 2015

(...)

Ilustración de Apollonia Saintclair

     Estaba deseando llegar a casa. Tenía por delante los planes más estimulantes que había hecho desde hacía semanas. Dos porciones de pizza fría le esperaban sobre la mesa para merendar/cenar. Tenía la certeza de que la casa estaría sola durante al menos tres horas y un pequeño dildo la esperaba bajo la cama. Pizza y autosex, ¿Podía alguien pedir más un jueves por la noche en época de exámenes?
      Le estimulaba sobre todo la idea de ver el porno con volumen y gemir lo alto que quisiera. Adoraba los cuerpos y los gemidos femeninos. Se consideraba afortunada de poder disponer de ambos (aunque tuviera que silenciar sus orgasmos para no despertar/alarmar al personal). La pizza tampoco estaba mal, pero por ella podía gemir a pierna suelta cuando quisiera.
      Estuvo bien. Disfrutó de ambas actividades regodeándose todo cuanto pudo. Sin embargo con una de ellas... No hizo falta que renunciaras a tus manos, resulta que algunas sensaciones tienen también tu nombre. Y en parte te odió por ello. Y en parte lloró por ello. Todavía no ha encontrado una esquina en la que pueda perderse sin ti.
         

(...)

Tenía tantas cosas que decir, que era imposible escribirlas atendiendo a la poesía. Casi podían compararse con los vómitos de un autómata que se atrevía a digerir sentimientos. Así llené las entradas de borradores que no verían nunca la luz de este blog. Porque los desnudos, si no son estéticos, están vetados en este burdel.

(...)

La música ha vuelto a sonar en mi cabeza, es tan extraño recuperar el oido...
no la escuchaba con tanto autismo desde hacia años.
I like it.
I miss u,
my sweet remembrance.
 

domingo, 11 de enero de 2015

(...)

- Del perdón -
 
Ilustración de Lilia Osipova
  [o de cómo tú veías más bondad en mi que yo misma.]

      Nunca se me dio bien perdonar. Desde que me conozco me he considerado una persona rencorosa, orgullosa de abrazar un odio abrasador con el fin de que me mantenga despierta para no tropezar con las mismas (personas) piedras.
      Obviamente hay ofensas y ofensas. Algunas son berrinches, aunque pueden extenderse en el tiempo tanto como tarde en echar de menos a esa gente, o tanto como tarde en olvidarla (más bien lo primero). Otros, los menos, se tatúan en mi mente de por (lo que llevo de) vida.
      Hay algo horrible en todo esto que no me había parado a pensar hasta ahora. Si no soy capaz de perdonar a los demás, si no soy capaz de diluir el rencor hacia las ofensas ajenas ¿seré capaz de perdonarme a mi misma? ¿seré capaz de perdonarme a mi lo que no sería capaz de perdonar a los otros? Hay gente en el mundo a la que no se la puede herir sin herirnos a nosotros mismos. Ya lo decía Hanif Kureishi: "Qué espléndida inocencia muestra un ser humano cuando no teme que le hagan daño ¿Quién podría destruirla sin herirse a si mismo?". 


      Hoy (creo que) lo veo todo más claro. Hoy las nubes que me permitían vivir en ese pequeño ecosistema se han despejado, y tras ellas no brilla un sol espléndido. Sólo hay dolor. El cantar de los pájaros ya no acompaña a las mañanas, y el silencio de la noche parece producido por la piedad de algún ente ancestral. Como si con ello te diera el respiro necesario para pensar en tus pecados y buscar al dios al que quieres implorar el perdón. Pero siempre fuimos ateos, y la única persona a la que puedo implorarselo eres tú.


      Lo hiciste, no sé cómo. Pensé que tras eso todo quedaría más cerca, pero no. Es así como recordé que estamos sólos y que tanto nuestros dioses como nuestros demonios están en nuestra cabeza. Nosotros nos imponemos los límites, los castigos, los logros... todo. Esa es mi condena y también mi bendición, pues aunque sea difícil hay esperanza, y ésta depende sólo de mi. Supongo que eso es todo un alivio.
      No es fácil para mi vivir con esto. Tú veías más bondad en mí que yo  misma. Mi mente es un infierno y yo soy aficionada a crear criaturas demoníacas. Tú veías más bondad en mí que yo misma... ¿Cómo voy a vivir con esto? ¿Cómo voy a vivir así?
      A veces pienso que ojalá existiera el karma. Sería tan fácil esperar de brazos cruzados un castigo del universo que limpiara el remordimiento... ¿Existe alguna otra fórmula que desconozca? No quiero esperar toda una vida para purgar mis pecados. Cada día estoy más segura de que no es cuestión de tiempo.
 
Perseo con la cabeza de Medusa

martes, 6 de enero de 2015

(...)

No quiero escribir más sobre ti.
Sigo viviendo en clave de fa,
necesito encontrar la clave de mi.

(...)


Ilustración de Cindy_R

       Me voy, dejo el pueblo. Quiero convertirme en una chica de ciudad.
     Desde que te fuiste mi paso se ha vuelto pesado y aletargado. A menudo tengo la sensación de ser un caminante que vaga por las asoladas calles sin un destino fijo, sin metas, sin proyectos ni objetivos. Aquí, donde el viento es el que cambia el color de los semáforos (del único semáforo que existe), los ecos de mis pisadas se escuchan demasiado. ¿Será que estaba acostumbrada al claqué de tus andanzas? ¿Será que lo que antes era armonía ahora violenta el silencio y la calma? Algo en mi ha cambiado. Nunca noté la ausencia tan presente, necesito multitud.
      Quiero confundirme con el tumulto de la muchedumbre. Que sus empujones me lleven a alguna parte, donde sea, pero que me lleven. Que me impelen hasta volver a coger un ritmo propio. Quizás enriquezcan mi partitura con corcheas. Quizás deje de ser una repetitiva cadencia, un metrónomo con resistencia.

Y yo que pensaba
que ya había cruzado 
todos los puentes 
en los que tú no estabas... 

domingo, 4 de enero de 2015

(...)

He visto alguna foto tuya rulando por ahí,
me gusta pensar que es a mi a quien sonríes.


(...)

      Cuando se acaba algo grande todo el mundo necesita un tiempo de luto. En ese tiempo nos dedicamos a enterrarnos con el muerto y a esperar el momento en el que por fin podamos sobrevivirle.
      Hay veces en los que uno se recuesta junto a él y espera no despertar nunca más. El tiempo empieza a moverse lento, como si de repente se hubiera convertido en un esclavo de tu pena y compartierais los mismos grilletes. A pesar de esto, el mundo sigue girando a tu alrededor, y en contraposición a tu marcha funesta, parece que éste se mueve todavía más rápido. Da vértigo la vida.
       Sin embargo y muy a tu pesar, todos los cadáveres se enfrían. Es ahí cuando caes en la cuenta de que la muerte no es para los vivos, no hay sitio para ti en ese féretro, debes abrir los ojos y negociar con la realidad, buscar tu sitio entre los tuyos.
     Piensas que nadie fue más tuyo que él, y ahora él es un recuerdo. ¿Un recuerdo? Es el recuerdo de toda una vida, una quimera de la que has vivido demasiado tiempo, un delirio que ya no te pertenece y que debes dejar ir.
      Echas la vista atrás y te planteas por enésima vez si realmente no hay sitio para ti en esa tumba. El mausoleo es espacioso y, aunque haga frío, tienes unos calcetines muy cuquis que calientan cual averno.
      Bienvenido al mundo real. A esa posmodernidad frenética donde tienes que madrugar, preocuparte por cosas, buscar metas y proyectos, saber cosas, relacionarte con gente, vivir cosas, cuidar tu higiene, examinarte de cosas, desarrollar tu personalidad, hacer cosas... la lista no acaba.
      ¿Había que hacer todo esto también cuando estabas vivo? - piensas -.


(...)

The trap and the woodcutte

     Definirse es tan complicado... A veces pienso en ello como si fuera una trampa. Crees que lo estás haciendo, que vas por el buen camino, confías y... cuando te das cuenta: ¡ZAS! Uno de tus miembros queda atrapado en un cepo.
      Y esa era yo (cuando tú me encontraste). Una chica con un cepo en alguna de sus extremidades. Sentía el dolor, se dispersaba por todo mi cuerpo. Sabía que algo estaba mal, pero no lograba descubrir el qué, ni el dónde, ni el cómo. Definirse es una acción que implica demasiada precisión.
     Tú fuiste quien me alimentó durante todo (este) ese tiempo. Debí haberlo invertido en buscar mi cepo con tu ayuda, pero se estaba tan agustito en tu cabaña, leñador, con esa hoguera siempre encendida, con una sopa siempre sobre el fuego y con un ejército de risas que salían a patrullar al caer cada noche, para mantener alejados los tiempos de hastío y tristeza.
      Era cuestión de tiempo que fueran cayendo uno a uno. Porque ¿sabes qué? Definirse es necesario, y por mucho que lo ignores, el cepo sigue ahí, mordiendo con sus afilados incisivos, infectando con el paso del tiempo, hiriendo, empeorando, creciendo.
      Tu felicidad no fue suficiente para protegerme de él. Tu calidez (tan ansiada ahora) empezó a perder su efecto paliativo. Advertí varios avisos que me instaban a buscar el cepo y librarme por fin de él, pero aunque mis mejillas tardaban algo más en ruborizarse, conseguías que acabaran ardiendo.
      Era tan fácil dejarse morir entre tus brazos... los extraño tanto... Supongo que los cepos nunca me supieron tan a gloria como cuando me besabas en esas escaleras, como cuando me frotabas una espalda que acababa en mis muslos, como cuando sorbías de mis ojos y yo comparaba el odio que te tenía con el infinito más extenso.
      Menuda ilusa. ¿En qué momento pensé que podría ser feliz teniendo un cepo en alguna parte? ¿En qué momento pensé que podría vivir por siempre alimentándome de tu felicidad, viviendo tu vida? ¿En qué momento pensé que sabría hacerte feliz a ti, si nunca he sabido hacerme feliz a mi misma?
      Definirse es tan complicado... A veces pienso en ello como si fuera una trampa. Debí buscar el cepo antes de encontrarte a ti.

Ilustración de Merrile


(...)

Ilustración de Katerina Nicolau

                 Escuchamos a nuestros fantasmas hablar,
              dicen que es imposible, que todo ha muerto.
              Dicen que ya no nos entendemos,
              que al final todo era un suplicio.
              Dicen que no nos merecemos más dolor,
              que nos quedemos con lo mejor y
              nos pongamos frente a una nueva página en blanco.
              Dicen que enterremos las miradas
              igual que enterramos las armas.
              Dicen que nos guardemos las sonrisas
              en el mismo lugar en el que guardamos las palabras.

                 Escucho a nuestros fantasmas hablar,
              parece que con el tiempo van perdiendo intensidad.
              Dicen que le hemos dicho a nuestros confidentes
              que ambos tenemos las ideas talladas en piedra.
              Dicen que nos demos tiempo
              y nos apoyemos en sus hombros cuando nos sintamos débiles.
              Dicen que no reinventemos más finales
              y nos conformemos con lo escrito.
              Dicen que no nos aferremos a los recuerdos,
              que no demos más vueltas en círculo.
              Dicen que nos brindemos un descanso
              y que nos dejemos morir en soledad.

                 Escucho a nuestros fantasmas hablar,
              unas veces me gritan enfadados,
              otras me suplican entre lágrimas.
              Creo que ya ni ellos recuerdan lo que debían decir
              cuando busco razones para olvidarte.

sábado, 3 de enero de 2015

(...)

- Vámonos.
- ¿A dónde?
- Lejos.
- ¿Lejos te refieres a Alicante o a Oslo?
- Oslo.

Vamonos lejos, a algún lugar donde no se usen sujetadores. Donde nadie nos conozca.

jueves, 1 de enero de 2015

(...)


Vivimos con la esperanza del mañana 
para poder soportar la desdicha del presente.


* * * * *

Hay un proverbio chino que dice:
"No tengas miedo de los cambios lentos, 
sólo ten miedo de permanecer inmóvil".