viernes, 23 de enero de 2015

(...)

Y así es como fue.

Yo, que te entregué todas mis carcajadas
para que por fin aprendieras a reír sin compromisos.
Yo, que te entregué todos mis rincones
para que tuvieras un lugar al que acudir.
Yo, que aprendí a tocarte mejor que a mi guitarra.

Yo, que me dejé la piel en tus abrazos.
Yo, que compré un gorro de cocina y fingí ser cocinero
para poder llamarte gorda y limpiarte los restos con mis dedos,
para salar con inquietudes tus días más insípidos,
para adormecer a tu fiera en los días más hostiles.
Yo, que te quise
yo, que te quiero.


Ilustración de Chalermphol Harnchakkham


Yo, que te lancé envistes a través de mis poemas,
Yo, que no pude ser lo que tu quisiste que fuera,
yo que mataría por volver a lo que era.






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