domingo, 17 de mayo de 2015

La gente a la que amo



Ilustración de Ou-Yang Guo-De

     La gente a la que amo me ha dado todo y me ha quitado mucho. Desde el principio de los tiempos hasta el ahora sabría señalar a la perfección donde añadieron y donde arrancaron.  El amor no duele, no me dueles tú ni me duelen ellos. El amor es puro y desinteresado, el amor es libre.

- ¿Es esa la esquina dónde tantos besos malgastaste?

     Así abrimos la conversación. Él estaba siempre en el lado opuesto y en ocasiones el mundo se le venía abajo y se formaban corolarios en su mirada. Éstos duraban a penas tres microsegundos. Le pegaba un trago a la copa y hacía lo posible por volver a meterse en la atmósfera de júbilo delirante.

- Yo no te prometo el cielo, pero besaré tus heridas si tú besas las mías.

     El interés mueve el mundo. Tenía tantas heridas que besar que me quedé con él para siempre. No fue el amor de mi vida, porque el amor es puro, desinteresado y libre, pero es gente a la que amo.

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