miércoles, 6 de mayo de 2015

Desprendimiento mental.


     La respiración se acelera tanto que por un momento debes incorporarte. No es un parto, pero sí hay algo que se abre de dentro hacia afuera. Te ahoga, te caldea el cuerpo, necesitas aire.
     En este momento que todo tenga sentido carece de importancia. Tus ojos se pierden en la lejanía intentando encontrar el punto de apoyo que has perdido en algún lugar del camino. Sin embargo, tú sólo encuentras un punto de fuga que te lleva a un estado más vertiginoso. Los ojos se secan, tu garganta viaja hasta el estómago, tu cuerpo intenta moverse lo menos posible.
     Has perdido el control. Mírame, lo he perdido.
    No entras en pánico, tu caos es interior, un desprendimiento mental. Quizás por eso tu cuerpo esté tan quieto.
   
     Vale - asimilación.
     Vale - segundo intento.
     Vale - esta es la buena.

     Intentas controlarte y te das cuenta: debo romperme tal y como tú lo hiciste.
     Debo romperme. 


Ilustradora Paula Bonet.

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