viernes, 1 de julio de 2011

Y cómo te quiero.
Como las bicicletas que ring-rrinean al saltar de asfalto a acera, en las calles más atestadas de aquellas pequeñas ciudades. Como el aroma a bollo recién horneado que invade la pequeña cocina. Como un dialecto propio. Como una sonrisa arrancada. Como una caricia despistada.

Y cómo te quiero. Y aún más sin poder gritarlo y sin poder guardarlo. Que con el tiempo creo que me he enamorado, y espero que el tiempo se lleve este temblor. Son días de tabaco y chocolate. Nada es tan maravilloso, ni tan rosa, ni tan armónico como para quitar el hipo con carcajadas estridentes.





No hay comentarios: