lunes, 2 de abril de 2012

Como la vida misma


Adios. Como las gaviotas que se empequeñecen ante mis ojos conforme se alejan en el horizonte de amarguras. Como los lazos que el viento deshace en los cabellos de saltarinas párvulas. Como el anhelo de perderlo todo y la pulmonía que embriaga mi pecho al intentar tragar soledad. 

Como los domingos frente al tiempo muerto. Como los corazones colosales al marchitar. Como las velas que lloran cera caliente. Como la música que ensimisma al más fortachón. Como la vida misma. 


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