lunes, 17 de noviembre de 2014

Sin un antifaz para la fiesta.



Sé que estoy muriendo
poco a poco.
Lo noto
igual que un músico advierte
cuándo su composición
está llegando a su final.

Estoy agitada,
nerviosa,
ansiosa a más no poder.
Engullo las bocanadas de oxígeno
aferrándome a la idea
de que mis pulmones trabajan
por mi vida.
Sin embargo sé
que mi corazón late tan rápido
que en cualquier momento
saltará del pecho 
y abandonará mi cuerpo.

Sólo hay una forma de parar este desaire.
Dime de una vez qué piensas hacer conmigo.
Dime de una vez
si vas a desenmascararme
o vas a dejar que mi intimidad 
siga siendo mía.
Dime si vas a condenarnos a los dos
o solamente a mi.
Pues si me quitas todas la capas
que he construido para protegerme y protegernos
no encontrarás nada puro.

Debes aprender una cosa:
no soy tuya, 
me pertenezco.
Puedo querer compartir contigo 
las horas, los días,
las semanas, los meses,
hasta parte de los años de mi vida.
Mis risas, mis llantos,
mi sexo, mi enfado.
Pero ante todo, recuerda una cosa:
Dime de una vez...
...qué piensas hacer conmigo
por que estoy muriendo...
... y sin mis máscaras,
se me hace difícil
respirar.

No hay comentarios: