viernes, 13 de enero de 2017

Sascha Vykos


Ilustración realizada por Inenarrable


He visto al diablo
esta noche al despertar.

Estaba frente a mi
penetrando con sus negros ojos en mi mente.

Nuestras cabezas se tocaban
a la altura de la frente.

Sus brazos se clavaban en mi cama
a cada lado de la almohada.

Su aliento olía a sangre
de su boca a mis pulmones.

Su rostro impasible
abrió paso a lengua áspera y húmeda.

Como la de una serpiente
se bifurcaba desde sus adentros.

Lamió mi mejilla
con la lentitud de una babosa.

Ascendió hasta mis ojos
y los besó con el ardor de los infiernos.

Retiró su portentosa figura
clavando su mirada en mis pupilas.

Como títere desalmado
mi torso siguió su estela.

Unas manos aparecieron
al final de sus largos brazos.

Dos de sus dedos
se amoldaron a mi barbilla.

La alzaron unos centímetros
evaluando mis facciones.

Mi cuerpo estaba muerto
y mi mente adormecida.

Una sonrisa despótica
asoló mis pensamientos.

Y una estilizada figura
vino en forma de recuerdo.

- Nos volvemos a encontrar, querida.

He visto al diablo
esta noche al despertar.

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