lunes, 10 de noviembre de 2008




Fue en un césped... en un césped rociado de llantos. La melancolía que me abrazaba cada vez que el viendo resoplaba de cansancio parecía ser infinita.
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Me gusta el fango. A veces imagino que estoy frente un charco fangoso y juego a hacer dibujos con un palo. De repente comienza a llover. El palo se desliza entre mis dedos y cae al barro. Estiro mi brazo derecho y me inclino hacia el fango, pero pierdo el equilibrio, mi mano resbala y caigo. Igual que el palo. Mi vestido azul, mi pelo limpio, mi cara sonrojada.
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Era feo, pero ¿qué le ívamos a hacer? Nadie es perfecto.
Así que apagué el bolígrafo y encapuché la luz.
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Fue en un césped... en un césped rociado de llantos. La melancolía que me abrazaba cada vez que el viendo resoplaba de cansancio parecía ser infinita.

2 comentarios:

V de Vértigo dijo...

el viento resoplaba de cansancio infinito....

ya sabes que eres la mejor, no?

Shadow on the road dijo...

no falla, la imagen de una converse se ha convertido en una expresión bucólica moderna, me gusta lo que escribes.

un saludo