viernes, 23 de octubre de 2009

El pensamiento alivia, pero el desconcierto y la especulación es desquiciante cuanto menos.
He debatido en mi pensar tantas cosas que en estos momentos puedo ver todos los hilos de estos liados ovillos con la claridad necesaria. Ahora sólo me falta mostrartelo y elegir juntos la madeja adecuada.

Espero que no sólo te dejes llevar por una razón aplastante, por que la vida son dos días y es necesario que los aprovechemos acercando a nuestro lado a la gente que apreciamos y que nos aprecia ¿Acaso no lo ves así?

Piensas que es doloroso para mi, pero ¿acaso es obra del dolor poder disponer del apoyo incondicional que me brindas? ¿acaso es obra del dolor poder disfrutar contigo de tantos debates como los dias nos presenten - sabiendo que el que contesta es capaz de hacerlo sabiendo lo que dice-? ¿acaso es obra del dolor poder compartir momentos con tu familia y amigos - los cuales ya tomo como mios también-? ¿acaso es obra del dolor poder disfrutar de una sonrisa de complicidad o un abrazo reponedor en los momentos precisos o incluso por el mero hecho de sentir que hay alguien ahí con quien siempre puedes contar para huir de los abrumadores días de agobio y tensión? Deja que te responda: No, lejos de doloroso, reconfortante.

Pienso que en eso se basa una buena y sólida amistad, y si eso es todo lo que me has brindado y es todo lo que me puedes brindar, has de saber que para mi es más que suficiente y que pocas veces he esperado más -sintiendome sorprendida cuando te superabas-.

¿Cómo no quererte? ¿Cómo no querer a alguien así en mi vida?
Mi temor no es no poder darte besos románticos de despedida -que si me lo permites, no estaban nada mal xD- , sino perder aquello que nos hacía conectar el uno con el otro de forma armoniosa.

1 comentario:

Brona dijo...

Han pasado 14 años desde que escribí esto. Ahora puedo ver mis sentimientos y mis pensamientos a través de todos estos escritos. Todos están contextualizados en mi mente. Recuerdo quien los inspiró y qué los motivó.

Algunos, como este, me sorprenden. Mi opinión de esta persona dista mucho de la que tendría de un buen amigo, de apoyo incondicional y con mas alegrías que penas. Sin embargo aquí estaba mi yo de 18 años, tratando de autoconvencerse de que esta persona le nutría, que era bueno tenerla cerca, que lo que sentía no era dolor, sino otra cosa.

Es increible cómo retorcemos la realidad y como buscamos explicaciones que acompañen nuestros sentimientos y nuestras apetencias. Todas hemos estado ahí, idealizando relaciones de mierda y perdonando antes de que los demás se arrepientan. La juventud siempre esconde cierta inocencia cuando es vista con los ojos de la madurez.

Hoy te abrazaría y te acompañaría, sabedora de que es lo único que habría podido hacer para aliviarte.