miércoles, 8 de diciembre de 2010


Ser fuerte es difícil.
Una vez metida en arenas movedizas las posibilidades de coger aire se reducen drásticamente. A veces solo queda perecer o soñar mientras se perece. Tocar fondo es el alivio de los resignados. Ya nada puede ir peor, de aquí hacia delante todo es letargo. Se aprende a apreciarlo. Termina siendo dulce elixir de días en penumbra y noches en oscuridad. Por que no hay nada más bonito que no tener nada. Por que no hay nada más triste que ver como todo se va.

No hay comentarios: