viernes, 27 de febrero de 2015

Ours blues funeral.




     Hoy fui a tu tumba a poner flores. Las he elegido negras y con doble de espinas, tal y como a mí me gusta recordarte. Nunca pensé que llegaría a este punto contigo. Supongo que por eso te tenía en tan alta estima. Ahora me doy cuenta de que te odio tanto como te quise. Ahora eres un número más en esa lista repleta de personas que fueron tan amadas, que perderlas sólo podía suponer el odio más intenso antes que la indiferencia más insípida.
     Quizás algún día te traiga, para que veas dónde te he enterrado. Da igual las veces que intente explicártelo, siempre encontrarás la forma de sacar la cabeza para respirar. Pero este es tu sitio, lo sé. Me duele tanto dejarte aquí, enterrar contigo esa parte de mi historia... No tengo nada bueno que decirte ahora. Te amo por tradición y te odio por venganza. Mi forma de destierro es el entierro metafórico, no hay otro modo.
     Volveré a visitarte. Escribiré sobre ti. Te diré lo mucho que te odio y lo mucho que te extraño. Te hablaré de cuanto deseo que seas pura indiferencia.

Ilustración Paula Bonet

martes, 24 de febrero de 2015

Tiny.


Ilustración de Gabriel Pacheco.

     Quiero flotar por mi propio peso, no por recostarme sobre tu pecho. Quiero escalar por mi propia fuerza, no por los embistes de tu lengua. Y sobre todo, quiero reír por la ironía de mi vida, no por la comisura de tus labios.

     Pero si no puedo tener nada de eso por mí misma, entonces, quiero estar sola, que me consuma la conciencia. Ser mi mejor amiga, quien me meza por las noches. He encontrado una nueva forma de huir de los esfuerzos, de sobrellevar mis pecados y desembarazarme de las cosas. 

lunes, 23 de febrero de 2015

Noches de lo más insípidas.

 
Ilustración de Nanami Cowdroy

     Llegué destruida, como quien se difumina de tal forma que se convierte en un espectro. Sin poder conciliar el sueño pensé que mi pesimismo había vuelto.

- ¿Me echaste de menos? 

     Traquetea la puerta sólo por educación. Sabe que todo en mi está abierto para él: desde la mente hasta la piernas. Y me folla de tal forma que me deja sin aliento para sollozar siquiera, pero las lágrimas caen silenciosas y mis pensamientos no paran de borbotear en un líquido ponzoñoso de extraña consistencia.

- No, pero estás aquí, así que toma asiento.

     No nos miramos. Él pulula por mi alrededor curioseando y toqueteando todo. Esparce sus esporas allá por donde camina, huele o siente. No envejece, no descansa, y por irónico que parezca, no deja de sonreír. Es esa sonrisa irónica y burlona que te apaga conforme ella se va mostrando más apoteósica.

martes, 17 de febrero de 2015

lunes, 9 de febrero de 2015

Thingy



Había bebido.

Siempre estuve orgullosa de nosotros,
no te imaginas cuánto.
Cuando hablaba de ti
se me llenaba la boca de pétalos
y mi pecho se inflaba igual que se inflan los balones:
hasta rozar el límite.

Te acompañé a la puerta y me invadió el sentimentalismo.

Comenzamos siendo dos desconocidos
cuya amistad nació de la insistencia de lo absurdo.
Me gustaría decir que nunca olvidaré esos años,
pero lo cierto es que me da igual.
El telón cae.
Los pétalos escasean.
Y yo te quiero
como la primera vez,
pero cuando mi pecho se infla,
revienta.

Temí que la distancia resintiera quienes habíamos sido.

Creo que en el fondo todo apuntaba a lo mismo.
Quizás esperé demasiado de ti,
o terminé alimentándome de un recuerdo, de una idea.
Seguro que en otro tiempo habrías actuado diferente.

Tú te hiciste el loco, como si no hubiera motivos para pensar eso.

Sea como fuere me equivoqué,
lejos de conservar una amistad
insistí en conservar una tradición.
Ya no importaba quiénes decían nuestros actos que eramos,
tanto como la memoria de quiénes habíamos sido.

Pero al final tuve razón.

Y eso está bien en tiempos de bonanza,
pero me resulta insostenible cuando de verdad te necesito.



Ilustración de Noemí Villamuza.


jueves, 5 de febrero de 2015

Camino a la desesperanza

Ilustración de Paula Bonet.


Nada puede acongojar más que el que me trates normal.

En cada acto y en cada palabra
busco la señal que me lleve hasta la chispa,
y con cada acto y cada palabra 
sufro ese roce que es hielo.

Roce tras roce camino hacia la aspereza de la normalidad.

Ya me conozco esta historia.
Me costará asumir la desesperanza,
por que tú no eres normal para mi
y me da miedo vivir fingiendo lo contrario.



miércoles, 4 de febrero de 2015

(...) Ilustrémonos.


Ilustración de Joe Lillington.

   Fueron tantos los días, que no podría ordenar los acontecimientos cronológicamente. En ocasiones me sorprendo atando en el tiempo algún recuerdo furtivo que aparece de improvisto, y pienso, con un ánimo a camino entre la sorpresa y la tristeza: Joder, ¿tanto hace desde entonces?

     La imagen que tengo de nuestra vida juntos la ilustro inevitablemente a través de un mar solitario, cálido y húmedo, ni demasiado manso ni demasiado agitado. Inmediatamente me viene a la mente una manta llena de montañas lisas producidas por los cuerpos de una pareja de adormecidos amantes. Son imágenes sujetas a un tiempo infinito. Es un mar que nunca será interrumpido, son dos amantes que nunca serán despertados. ¿Qué diferencia hay entre un mar dubitativo y la lectura de los movimientos somnolientos de una pareja a través de una manta? Ahí están, nuestros recuerdos, nuestros momentos. Son cada uno de esos movimientos, cada una de esas olas. Todos concretos, conscientes, pero revueltos en una densidad casi indistinguible (no por ello más homogenea) que no entiende de tiempos ni fechas. ¿Qué pasó en 2012? ¿Fue mejor que 2013? Esas no son nuestras categorías. Conocemos el espacio, porque variaba a nuestro alrededor, pero el tiempo era uno y era todo nuestro, constante, y por ello insignificante. Ni siquiera llegamos a celebrar ningún aniversario.
     Es ahora cuando empieza de nuevo a moverse un segundómetro que ha permanecido cinco años inútil por el placer del Dolce far niente.

domingo, 1 de febrero de 2015

(...) "Él no era para ti"


      Eso dice el tópico de las rupturas por antonomasia: Él no era para mi. Como si existiera algún destino o algún hilo rojo de origen oriental que tendiera a marcar de forma invisible a nuestra media naranja. Menuda gilipollez.
      Él fue para mi. Lo fue más que cualquier persona que haya conocido en mis 24 años de vida. Lo fue de forma perfecta y de forma valiente. Él fue para mi y la despedida no cambiará eso. Existe un ella, llena de gordura y esperanza que fue suya. Y existe un él lleno de paciencia e ilusión que fue de ella. ¿Cómo no iban a ser el uno para el otro si fueron el motivo de su felicidad durante tantos años? Nos enriquecimos, crecimos juntos y seguirá siendo para mi la parte que me dejó. Seguirá siendo mía y de nadie más. Ningún tópico podrá hablar de ella. Nadie podrá destruirla, ni hacerla crecer o menguar.
       Las cosas pasan. Pero es estúpido pensar que alguien no sea para ti por que ya no está contigo. ¿Qué quiere decir eso exactamente? ¿Que somos incompatibles? ¿Que sólo podemos ser por y para una única persona? ¿Que sólo podemos ser para alguien de una forma y ya está? ¡Qué grande el narcisismo del ser humano! Él fue para mi, para esa mi de 19 a 24 años, de ese él de 18 a 22.